La Villa se descuelga
mansamente por la ladera del cerro, calles en cuesta y con gran entramado. En
lo más alto se levanta el castillo que domina todo el entorno y a pesar que
solo queda la gran torre del homenaje de planta cuadrada y es fácil imaginar
los tres cercos de murallas que llegó a tener.
Subiendo por
la vertiente contraria a la villa encontramos a la derecha el cementerio que
hay junto a la Iglesia de Santa María del Rey, en el se confunden las tumbas de los antiguos pobladores y otros
más recientes.
Atienza fue
un enclave de suma importancia situada entre los dominios castellanos y los
reinos musulmanes, su posición estratégica aumentó al estar cerca también de la
frontera de Aragón.